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jueves, 19 de mayo de 2011

El Cielo Abierto de Everardo González


“Fue la presentación de mi vida”, expresó Everardo González tras presentar su documental El Cielo Abierto el pasado 17 de Marzo en el Teatro Nacional de San Salvador.

 Karen Amaya/  Alejandra Sorto 

Con una sala abarrotada dio inició la presentación. Monseñor Romero se tomó la pantalla y los aplausos no pudieron esperar.  Tras la emoción de su primer discurso el teatro quedó en silencio total.

Los espectadores reaccionaban con risas contenidas, un suspiro inevitable o un grito de apoyo a su bando del pasado. Mientras, Monseñor Romero se iba transformando de un Arzobispo ajeno a la teología de la Liberación, a un guía espiritual que defendía incansable los derechos de los pobres sobre los poderes del gobierno, la represión del ejército y la violencia generalizada.

“Monseñor Romero vos me metiste en esto, ahora vos me tenés que sacar”, expresaba una de las protagonistas del documental al narrar el horror que representó en su vida la guerra civil salvadoreña, ante lo cual las reacciones del público espectador eran inevitables.

González aclaró, desde el inicio, que su interés no era presentar las posiciones políticas en conflicto, sino retratar como Monseñor Romero se enfrentó a una lucha interna por decidir sus posturas  frente a los cambios que se venían gestando en el país.  A través de él, demostrar los dilemas que vivió cada salvadoreña y salvadoreño al tener que decidir si participaban o no en la guerra, a qué sector apoyar,  huir o no del país, hasta dónde soportar o hasta qué punto se apoya el matar o no en nombre de la justicia. “Ellos son un eco de Monseñor Romero y Monseñor Romero es eco de ellos”, apuntó.

Los testimonios, el valor de los archivos e imágenes recuperadas, los audios con los discursos de Romero y el uso de la Misa de Réquiem como recurso narrativo, son algunos de los insumos que permitieron que las más de 600 personas reunidas en el Teatro Nacional, en pie, aplaudieran el final de la presentación.

“Fue la exposición de mi vida, nunca había estado tan emocionado y nervioso. Poco a poco  he ido dimensionando lo que representa Monseñor Romero para El Salvador, y me emociona pensar que para ellos es una película honesta y respetuosa, pues es lo que pretende ser”, expresaba Everardo aún sonrojado por la  reacción de la audiencia. 

Sin embargo, fue doña Julia, uno de los testimonios protagónicos del documental, quien se acercó al escenario y con micrófono en mano agradeció a Everardo en nombre de El Salvador por “escucharnos, por llegar hasta nuestro ranchito y tomarnos en cuenta para poder contar lo que vivimos y hacer que los demás lo conocieran”. 

Era inmenso el aplauso que reafirmaba el agradecimiento de toda la audiencia y sólo fue callado con la voz de la simpática y menuda Doña Julia que nos recordaba a través de su canto, la crítica incesante de Romero, y lo mucho que hay por hacer por nuestro país: “En la calle los niños mueren de hambre, piden para comprarse un bote de pega porque con la pega se les olvida el hambre”.

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